Con la llegada de la primavera, la flor de manzano (Malus domestica) despliega su delicada fragancia, una armoniosa combinación de dulzura afrutada, notas melosas y frescura sutil. Debido a la fragilidad de sus pétalos, su esencia se extrae mediante enfleurage o solventes volátiles, técnicas que preservan su carácter luminoso. En perfumería, su aroma aporta ligereza y frescura primaveral, envolviendo las composiciones florales y frutales con un toque radiante.
Historia
Desde tiempos remotos, el manzano ha sido un símbolo de amor, fertilidad y sabiduría. En la mitología celta, se le atribuían poderes místicos, considerándolo un árbol sagrado. Sus flores, efímeras y etéreas, han inspirado el arte y la literatura como una metáfora de la juventud y la renovación, capturando la esencia de la belleza pasajera.
Origen
Francia, España, Estados Unidos, China, Turquía.
Sabías que...
Más allá de su fragancia evocadora, las flores de manzano son comestibles y se utilizan en infusiones y creaciones gastronómicas. Su aroma suave y afrutado despierta una sensación de alegría y nostalgia, transportándonos a los primeros días de la primavera, donde el aire se llena de promesas y nuevas posibilidades.